celebración por los 75 años de la fundación de la casa de las siervas de maría

La bella mañana del día 5 de abril de 2024 en Mérida Yucatán, se llevó a cabo una misa de acción de gracias con motivo de los 75 años de la fundación de la Casa de Mérida de las religiosas Siervas de María Ministras de los Enfermos.

Esta misa fue conmemorada por el Obispo auxiliar Monseñor Pedro Mena Díaz en la capilla de las Siervas de María, ubicada en la calle 30 por 17 en la Colonia García Ginerés, posteriormente se tuvo la oportunidad de celebrar un convivio con los presentes.

Un poco de su historia. En 1851, en Madrid, España una comunidad conformada por siete mujeres se organizó para realizar un apostolado a domicilio, misión que involucra el testimonio de la fe, la enseñanza de los preceptos religiosos y la guía espiritual.

El apostolado fue realizado con la finalidad de atender a los enfermos de un barrio. Desde este momento, las Siervas de María se formalizó como congregación religiosa.

Dicha congregación llegó al estado de Yucatán en el año de 1900, sin embargo después de haber regalado sus servicios por un breve tiempo, fueron expulsadas a causa de la Revolución.

En el año 1949 regresaron al estado de Yucatán, gracias a las gestiones de familias reconocidas en la sociedad. Desde 1949 a la actualidad, son increíbles 75 años de permanencia en la ciudad de Mérida.

Al igual que las fundadoras, en el Convento de la Colonia García Ginerés, edificio al que llegaron en 1973, habitan siete hermanas que llegaron a Yucatán como ministras de la salud.



Durante la celebración, fueron compartidas las siguientes palabras:

“Dios mismo en su amorosa providencia nos ha sostenido y ha sostenido a esta obra de Santa María Soledad en este tiempo. No hubiéramos podido subsistir si no fuera por el generoso y fiel apoyo de todos ustedes, por el cariño que nos han manifestado. La acogida de ustedes para con nuestras hermanas ha sido hermosa y todas las hermanas que han pasado por esta casa de Mérida guardan gratos recuerdos de la gente buena de esta bella ciudad. Damos gracias a Dios por todos y cada uno de ustedes, agradecemos a todas las personas que nos han abierto las puertas de sus hogares con plena confianza y nos han dado la oportunidad de cuidar a Cristo mismo”.

Estas hermosas personas, las religiosas que han ayudado y cuidado a los enfermos año tras año desde su fundación, comparten que la resurrección de Jesucristo es un signo de que Cristo está vivo entre nosotros.

Las Siervas de María comparten su carisma en la asistencia cuidadosa y gratuita a los enfermos en sus hogares, y su apostolado, en llevar la misericordia de Dios a las personas enfermas.

Su lema es “Abandonadas a la Divina Providencia”, ya que carecen de un salario y su ministerio es gratuito, por lo que su voto de pobreza significa Fe en Dios, que siempre provee.

“Curad a los enfermos y decidles: El Reino de Dios está cerca”