¿Cuándo llevar a mi hijo con la nefróloga pediatra?

La nefrología pediátrica es una especialidad que se ocupa de algo vital: el sistema urinario y los riñones en niños. Los riñones son los encargados de filtrar las toxinas y el exceso de líquidos del cuerpo, además de mantener el equilibrio de sales y minerales en la sangre, también se encarga de regular la presión arterial y algunas hormonas importantes para el adecuado crecimiento.

Identificar el momento adecuado en el que se debe llevar a un niño con el especialista puede marcar una gran diferencia con respecto a la salud renal a largo plazo.

Es posible que las enfermedades renales no presenten síntomas evidentes en sus primeras etapas, pero existen circunstancias que ayudan a alertar a los padres:

Cambios en la orina: orinar con demasiada frecuencia, muy poco o con cambios en el color y olor de la orina, es importante estar atento. Esto podría ser señal de una infección o un problema renal.

Dolor abdominal o en la espalda baja: Los riñones están justo debajo de la caja torácica, así que el dolor en esta área puede ser un síntoma de que algo no está bien.

Hinchazón en el cuerpo: Los riñones juegan un papel fundamental en la regulación de los líquidos del cuerpo. Si notas hinchazón en los pies, piernas, manos o cara de tu hijo, no lo dejes pasar.

Hay una amplia gama de afecciones que afectan el sistema urinario de los pequeños, como infecciones urinarias recurrentes, enfermedad renal crónica, síndrome nefrótico, malformaciones del tracto urinario, cálculos renales, entre otras.



Por otra parte, también se pueden presentar circunstancias específicas donde se recomienda buscar una evaluación por un nefrólogo pediatra.

En caso de que los niños cuenten con antecedentes familiares de alguna enfermedad renal, si los bebés son prematuros ya que sus riñones no alcanzan una formación completa y son muy inmaduros.

También es importante acudir si tienen elevada la presión arterial, si reciben medicamentos como quimioterapia o en algunas enfermedades que afectan los riñones como diabetes y lupus eritematoso sistémico.

Los riñones de los niños son tan importantes como cualquier otro órgano vital, y cuidar su salud desde el principio puede evitar problemas a largo plazo. Un buen diagnóstico y un tratamiento temprano pueden marcar la diferencia entre una infancia sin preocupaciones o una llena de complicaciones renales.

Si notas cualquier signo que te preocupe o si simplemente quieres asegurarte de que todo está en orden, no dudes en consultar a un especialista en nefrología pediátrica.

¡Acércate a mí y cuidemos juntos la salud renal de los más pequeños!