- Dr. Juan Alberto Soberanis Patron
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Especialista en Pediatría / Medicina crítica Pediátrica
Céd. Prof. 12333028 UADY Céd. Esp. 13113323 UNAM
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@dr.betopediatria
Cuando un padre, madre o cuidador observa por primera vez un episodio convulsivo en un niño, la experiencia suele ser desconcertante y, muchas veces, aterradora.
Comprender qué sucede en el cerebro durante una convulsión y cómo se pueden manifestar estos episodios es fundamental para brindar un apoyo adecuado, reconocer signos de alerta y, sobre todo, transmitir calma en un momento de incertidumbre.
Una convulsión es una alteración transitoria de la actividad eléctrica cerebral.
El cerebro funciona, en parte, gracias a un equilibrio preciso de señales eléctricas. Cuando este equilibrio se rompe —por múltiples causas como fiebre, predisposición genética, lesiones, malformaciones o causas metabólicas— puede presentarse una descarga eléctrica anormal y excesiva que interfiere con el funcionamiento habitual.
No todas las convulsiones son iguales ni se presentan con movimientos bruscos y evidentes. Esa es una de las razones por las que algunos episodios pasan desapercibidos o son malinterpretados, especialmente en niños.
El niño puede tener grados variables de síntomas según el tipo de convulsión:
•Mirada fija, sacudida de los brazos y las piernas.
•Rigidez corporal y pérdida del conocimiento.
•Problemas para respirar o episodios en los que deja de respirar.
•Pérdida del control de la vejiga o el intestino.
•Caídas repentinas sin motivo aparente, especialmente cuando están asociadas con la pérdida del conocimiento.
•Breves períodos de falta de respuesta al ruido o a las palabras.
•Confusión o aturdimiento.
•Movimiento rítmico de la cabeza como asintiendo, cuando está asociado con la pérdida de percepción o del conocimiento.
•Períodos de mirada fija y parpadeos rápidos.
Los síntomas de una convulsión pueden parecerse a los de otros problemas o trastornos de salud. La causa más frecuente de las convulsiones en los niños es la fiebre (convulsiones febriles).
El objetivo del tratamiento para las convulsiones consiste en controlar, detener o disminuir la frecuencia de las convulsiones sin interferir en el crecimiento y desarrollo normal del niño.