DIABETES
INFANTIL Una enfermedad con alto riesgo de afectar los riñones de nuestros pequeños
Los riñones son órganos vitales que desempeñan múltiples funciones esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. En los niños, estos órganos son cruciales no solo para la eliminación de desechos y el equilibrio de líquidos y electrolitos, sino también para el crecimiento y desarrollo adecuados.
Sin embargo, es posible que los riñones de un niño se enfermen debido a diversas causas, lo que puede tener consecuencias significativas si no se detecta y trata oportunamente, como en el caso de la diabetes.
Durante la infancia, un adecuado funcionamiento renal es esencial para:
•Crecimiento y desarrollo: Los riñones ayudan a mantener el equilibrio de minerales como calcio y fósforo, necesarios para el desarrollo óseo.
•Producción hormonal: Influyen en la maduración de otros sistemas corporales.
•Eliminación de desechos: Evitan la acumulación de sustancias tóxicas que pueden afectar órganos y sistemas.
La diabetes infantil afecta a los niños de distintas maneras, desde el nivel físico hasta el emocional. A nivel físico, los niños con diabetes pueden tener problemas para mantener un peso saludable y los niveles de glucosa en sangre controlados. Esto puede conducir a complicaciones graves a largo plazo como el DAÑO RENAL o INSUFICIENCIA RENAL.
La diabetes y las anomalías congénitas son las principales causas de enfermedad renal en niños. La diabetes, en particular, representa un riesgo significativo para los niños, ya que el daño vascular asociado puede afectar gravemente los riñones.
Además la nefropatía diabética, o enfermedad diabética en el riñón, es una preocupación importante, ya que puede conducir a complicaciones cardiovasculares graves y, en última instancia, a la muerte prematura.
Detectar la enfermedad renal en niños puede ser un desafío, ya que los síntomas pueden ser sutiles o atribuirse a otras condiciones.
Algunos signos y síntomas que deben alertar a los padres incluyen: Hinchazón o edema en cara, párpados, abdomen o extremidades; orina espumosa, sangre en la orina, disminución o aumento en la frecuencia y cantidad de micción; dolor abdominal o en la espalda baja; fatiga y debilidad; retraso en el crecimiento y desarrollo; anemia.
Proteger la salud renal de los niños implica adoptar medidas preventivas y promover hábitos saludables desde temprana edad.